AQUI SE CIERRA ESTA SEMANA Y ESPEREMOS QUE TAMBIEN EL ATAUD YA….AHORA SI ESPEROS QUE EXISTA PAZ TOTAL EN EL DESCANSO.
Declaro la profunda verdad, busque la modalidad Heminghway para describir esto: ¨escribe borracho, edita sobrio¨…pobre iluso idiota querer considerar que puedo llegar a eso, ni migajas de lo que hacia Ernest soy capaz de generar.
Busqué otra alternativa, lanzar las palabras que salgan y tratar de exponer lo autentico de un alma como la mía, pasada de moda, que tiene un nexo precario con lo políticamente correcto, solo buscar vomitar sentimientos puros…volví a fracasar.
Que tenemos que decir?
Que obligaciones morales, de honor tenemos como ecuatorianos con Christian Benitez?
Soñamos con el discurso perfecto o la columna que dinamite hemorragias de reflexión…yo trato de hacerlo, me gusta abrir otras rutas de análisis, debate y meditación.
Es inevitable, me gusta decir lo que pienso, olvidarme del: ¨Mejor no digas eso, que si es que no pasa te lo refregaran en la cara¨. La certeza me dice que si no digo ciertas cosas, esto se volvería aburrido, repetido, cobarde y falso, y por ultimo, no es nada absurdo u osado decir que Christian Benitez iba a paso firme y fijo a convertirse en el máximo anotador de la historia de la selección ecuatoriana de fútbol, que no comprendía los ojos que impugnaban su puesto fijo en el equipo nacional, concluía que los hígados de quienes lo puteaban estaban cargados de frustración momentánea y no análisis real.
Benitez era un jugador ofensivo por naturaleza, de raza goleadora, con instinto de red, ansias de encarar, heredero de la magia y con un síndrome clínico de gambeta.
Que fallaba varios goles?…cierto…pero únicamente porque tenia la suficiencia de construir con capacidad industrial esas opciones de gol.
Respeto a quienes ahora mantienen firme su criterio sobre Benitez como jugador, no tienen prohibido lamentar su muerte por el hecho de haber criticado su titularidad y por haber profesado todo tipo de agravios cuando no entraba al arco la pelota que llevaba en sus pies.
No hay muerto malo, siempre se recurre al mismo ejercicio, se resalta todo lo que fue en vida, su obra, momentos y dicha, su alegría y bien cumplida misión en vida.
y si bien creo que existen muertos que pueden no caer bien y por prudencia se prefiere destacar ¨virtudes¨ basados en la circunstancia, igual eso no desacredita el sentir pena…no así con Chucho, soy de la legión de personas que solo tienen cosas buenas que decir de el, que disfrutó en muchos aspectos su tiempo terrenal y me fascine viéndolo jugar fútbol.
Pero sigo preguntadome como honrarlo?
El dolor y pena que reproduce su muerte es por el cariño y admiración que se le tenia, era un generador de alegrías, un ser que obtenía la explosión de jubilo de los ecuatorianos y demás habitantes de otros sectores de este planeta.
O acaso creen que no era deleitante toparse con un mexicano o escucharlo hablar del compatriota, los pechos se inflaban como pavos alemanes y la complaciencia era colosal.
Chucho nos regalaba con notable frecuencia esos momentos, nos metía en esas dimensiones y no cobraba nada por hacerlo, por eso se lo llora hoy, por valorar donde nos puso emocionalmente y saber que ahora nos arrancan definitivamente a un ser capaz de donar felicidad por medio del fútbol.
La reserva de mis tristezas ha sido solicitada, como la de miles de miles de ecuatorianos.
Yo no lo voy a olvidar, hablare siempre de el, seré constante e insistiré en remarcar lo que iba a conseguir y quien fue. Yo lo vi jugar, si, exigiré silencio y atención cuando lo mencionen las futuras generaciones y lo comparen con los nuevos delanteros, ahora si me declaro su abogado y guardian eterno de su imagen, que lo sepan los que no tienen memoria ahora y pisaran estos barrios después de algunos años.
Me explota en la cabeza la misma interrogante, de verdad los aficionados que lo vieron eran tan insensibles a la calidad de producto que tenían por delante?
Porque no escribimos estas cosas cuando están vivos?
Nos pasamos la vida hablando de filosofías de existencia, secretos de vida, ética y como ser mejor terrícola, pero no ejecutamos mucho de lo que pregonamos.
Solo la muerte denota estas manifestaciones y homenajes.
Chucho cambio de misión, pero nos volvió a aclarar que la muerte es mas dura asumirla que padecerla.
También caí en la obligada y repetida causa de escibirle al 11…acaso había un tiempo limite para hacerlo?
Debí escribir otra cosa o tenemos todos los ecuatorianos alguna deuda con el?…
Si sigo escribiendo esto se volvera mas confuso, mejor me dejo infectar por el cliche y termino esto con una frase común de los finales eternos.
Nos vemos Christian Rogelio, aquí ando golpeado pero parado…honraste tu vida…y la de tantos mas.
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