La desconfianza había reinado de manera consistente los últimos años en criterios del fútbol ecuatoriano, la dirigencia nacional no daba paso a la posibilidad de que un futbolista pueda jugar en dos equipos de primera A el mismo año.
Durante mucho tiempo investigué el tema y cuando pregunté una y otra vez las razones, siempre obtenía la misma solida linea de juicio:
¨Se presta para suspicacias¨
¨Es arma de doble filo¨
¨No es recomendable, fácil los futbolistas arreglarían por un club e iniciarían con otro para perjudicarle¨
El norte de pensamiento era general, era materia que ya no entraría en discusión, no había credulidad en la ética del jugador…patético!!!
Siempre reflexione en mi interior, si tanta sospecha le tienen a este ¨supuesto¨ accionar del jugador, se habrán dado cuenta que para que exista este escenario debe haber involucrado un directivo de un club, alguien que diseñe el ¨perverso¨ plan para lastimar a otro equipo, que este hipotético malintencionado caso no hubiera sido construcción única del jugador, sin embargo, el único al que se perjudicaba era al futbolista profesional de primera, quien no podía tener un sueldo de su nivel en el mismo año si era separado, a veces por situaciones disparatadas, del equipo en que inicio temporada.
Lo mas absurdo era que los técnicos si podían dirigir en dos y hasta tres equipos diferentes en primera el mismo año…los jugadores no.
Cual era el argumento que respaldaba a uno y no a otro?
Jugador que caía en esta circunstancia estaba destinado a buscar trabajo en otro país o jugar en Ecuador solo en primera B o segunda.
Recuerdo un año en especial, el caso de Crisitian Botero, jugó el primer partido del año, la siguiente semana tuvo una seria indiferencia con el técnico de su equipo y fue separado del plantel…fin de fiesta, no podía jugar mas ese año en el campeonato nacional de primera, era apenas febrero. Mas de cinco equipos de esa división hubieran querido contar con sus servicios, pero la reglamentación no lo permitia.
Era como que la desconfianza y poca seguridad al profesionalismo de nuestros jugadores formaba parte ya de nuestro ADN.
Pero llego la luz!!!, se pensó en plural, se rebautizó la coherencia y la posibilidad entro en modo de seducción para los que organizan nuestro torneo de fútbol, el 2014 tendrá una nueva medida, si un futbolista jugó cinco o menos partidos en la primera etapa, podrá cambiarse a otro equipo de primera el mismo año.
No fue fácil, hubo quienes se negaban, quienes siguen dudando, se estableció un reglamento para que se ejecute la norma, pero la medida es un triunfo para la lógica del fútbol local y la elaboración de una mente mas apegada al primer mundo.
Todo pasaba por la forma es que se sigue visualizando el profesionalismo del futbolista
Se imaginan que en marzo un doctor sea despedido de una prestigiosa clínica en Quito, lugar donde tenia ingresos acorde a su conocimiento, y que la ley ya no le permita trabajar el resto del año en clínicas o practica privada, que tenga que irse a un dispensario en zona rural.
O que un periodista sea separado en febrero de la dirección de una radio nacional y que la ley le permita trabajar en los próximos diez meses solo en una radio de proyecto comunitario en Manglaralto.
O un abogado que no tenga la posibilidad de trabajar el mismo año en dos firmas distintas del mismo prestigio, que tenga que al salir de una, obligatoriamente el resto del año trabajar solo en un despacho que maneja documentos legales en Baba.
Algo así vivían los futbolistas profesionales de primera de nuestro país.
Gran cambio en el futbol ecuatoriano que merece aplausos y reconocimiento.
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