Las horas previas del partido pueden traer unas ansias nocivas, la calma es insana y la desesperacion tormentosa.
Quienes llegan al estadio de la avenida 6 de diciembre para trabajar, considerarán un ritual solemne ser parte de un partido de la selección, sin importar que el estadio se caiga en pedazos, que al acercarse a los 60 años siga presentando la misma vetusta, sucia, insípida fachada y alejada de la imponencia.
Ni importa que las taquillas parezcan nidos de ratas, que los baños sean blancos de ancheteo del caminante o que existan guardianes de tu micción, todo puede soportarse por el hecho del fútbol y lo que encierra la selección.
Quito y el Atahualpa están ligados con triunfos, alegrías, momentos históricos, ni locos salir de aquí, al diablo el hecho de que el 75% del estadio no tenga asientos(butacas) individuales, que la propuesta gastronómica sea precaria y limitada, que los halls de entrada sean dignos de ser elegidos por buscadores de locaciones de películas de terror.
Los cronistas sociales deben aplaudir la oportunidad de trabajar en el evento, al carajo que no exista disponibilidad de internet, que la sala de prensa extranjera no tenga sillas o mesas y que no haya ascensor para subir las 84 escaleras para llegar a las cabinas de transmisión.
Si llega al estadio alguna autoridad con edad pasada de las cinco décadas, lesión física o pobre adaptación a la altura, es mejor no tratar de subir al puesto de salones especiales, no les digo sala VIP ya que seria un insulto a la clase pelucona bautizar las cuatro paredes donde se ubican el llamado salón «VIP».
Hace algunos años llego Nicolas Leoz y Joseph Blatter al estadio, hubo que adaptarles un gazebo a la altura de la cancha, ni locos los sometieron a las escaleras, ahí mismo podían haber sucumbido, el corazón corría riesgos de colapso.
Ni piensen que los minusválidos tienen ventajas, no hay plataformas ni ventajas para ellos.
Y si llegan al estadio mientras se esta regando la cancha, no habrá agua en el estadio, calculen en cada jornada, un radio de una hora promedio que no habrá liquido vital en los baños.
La sala en la que se ofrece la rueda de prensa a punto estar de ser deshabilitada, es tan fea, poco practica, antigua y apestosa, que al parecer nadie se quejaría si se terminan las exigencias de usarla.
Igual no importa, todas estas características que coronan al Atahualpa como el peor estadio de los que se usan para jugar eliminatorias en Sudamerica son secundarias para los que tienen que llegar como aficionados o profesionales, el entorno y la pasión por la selección puede mucho mas que el escenario que no ofrece nada de primer mundo.
El vetusto y querido estadio Olímpico Atahualpa, casa de la selección de fútbol de Ecuador, imposible de alejarse de el, pese al descuido y salvaje necesidad de remodelacion que demanda.
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