Nos dijeron que había presupuesto para contratar una figura ecuatoriana que trabaje con nosotros, recuerdo que casi en coro, toda la comitiva de la reunión pidió a Alex Aguinaga, el «Guero» se había retirado hace poco y era perfecto para tenerlo como compañero de trabajo.
El gerente técnico de TC de aquel entonces, dueño de una visión real y destacada, sugirió que nuestro trabajo desde allá sea despachado por internet, se realizo el estudio técnico y la posibilidad era verídica.
No había duda que Alemania como país de primer mundo ofrecería una velocidad alucinante de internet, la idea del gerente técnico de TC era pura, estaba adelantado, hoy todos lo hacen…el único inconveniente era el lugar al que íbamos en Alemania.
Llegamos a Frankfurt un 5 de junio, de ahí, sin tener la mas mínima idea de como ubicarnos, manejamos hasta Bad Kissingen, sin mapa, sin GPS, sin dominio del idioma alemán, aplicando las mas profunda irresponsabilidad y recursos latinos.
Teníamos un Renault que volaba, después de unas tres perdidas y un festival de señas de manos en gasolineras para tratar de que entiendan nuestras preguntas solicitando ubicación…llegamos.
Bad Kissingen es un pueblito sacado de cuento de hadas, de lo mas perfecto y pacifico, el modelo ideal de lugar para vivir en paz…y con internet lento…lo cual afectaría nuestro trabajo y salud mental de manera radical en los próximos días.
No estábamos en una urbe, no teníamos acceso a la banda ancha que creíamos habría en cada esquina en Alemania, por lo cual cada nota editada o reportaje demoraba en el espacio cibernético cerca de 18 horas para llegar a Ecuador
La logística de envíos de material grabado en Alemania adopto un desvió, una nueva ruta, con tal de llegar…la historia es estupenda.
Primero debíamos encontrar una señal de internet mas rápida, la ciudad mas cercana con capacidad de darnos ese servicio era Wurzburg(algo así como Ambato, Bad Kissingen era Zapotal), ahí nos instalábamos en un cyber café donde un colombiano gozaba con nuestro stress y apuro de enviar lo grabado en Alemania, pero el problema es que el cyber tenia una hora fija de cierre y mas de una vez tuvimos que rogarle que nos de unos…34 minutos más, o 41 minutos más para que el despacho termine…no podíamos continuar así, la solución llegaría de Hamburgo y se llamaba Miguel Murrieta…un genio de los mas simpáticos con quien he tenido el gusto de compartir trabajo en mi vida.
Miguel estudiaba ingeniera de medios en Hamburgo, guayaquileño, su hermano Manuel había sido un elemento valiosisimo en TC, por esa vía llegamos a Miguelito.
Miguel llegó a bad Kissingen con camiseta blanca, un jean con huecos por todos lados, unos converse que se caían en pedazos y una bolso tipo otavaleño donde llevaba pasta de dientes, otra camisa y calzoncillos.
Al llegar analizó la situación, se concentró en la computadora, descubrió un servidor en California y haciendo uso de formulas que nunca entenderé empezó a enviar el material con mas velocidad y a tiempo prudente…¿Pero?…¿Desde donde enviaba?…¿Dónde había buen internet en ese maravilloso pueblo?…en la biblioteca publica.
Se tuvo que hablar con el encargado del lugar y rogarle que nos deje una ventana abierta…si, así como leyeron, cerraba el lugar y al mas puro estilo de yo no se nada, la ventana quedaba sin seguro y nosotros hacíamos (bueno…Miguel) la escalada.
Créanme cuando les digo que Miguel caminaba con su almohada y las computadoras por todo el pueblo, pasaba toda la noche en la biblioteca cumpliendo su misión.
Así siguió su rumbo Alemania 2006, Ecuador empezó a ganar y ser ecuatoriano se puso de moda.
Jamas olvidare la noche en Hamburgo cuando Ecuador clasificó a la segunda fase, la Reeperbahn, uno de los principales sectores de la ciudad, era ecuatoriana, el amarillo dominaba el panorama, todo era Ecuador, sombreros de paja toquilla, rosas ecuatorianas y reprises de goles por todos lados…nunca, nunca, nunca olvidare esa noche.
Con Alex Aguinaga recorrimos todas las sedes de Ecuador y fui testigo de su resentimiento(completamente justificado), cuando la FEF no le extendió una invitación al partido de segunda fase contra Inglaterra…horas después parece que trascendió su decepción y la FEF dio marcha atrás…o no se habían enterado o quien entregaba esas entradas no lo quería al «Guero».
Alex es una persona integra, sin poses, pude conocerlo mas en este mundial, un tipo ejemplar y del cual me siento orgulloso de ser amigo…y ni contarles su capacidad al volante…¡¡¡gran piloto!!!…de esos que usa toda la velocidad.
Los periodos largos fuera del país nos hacen extrañar las cosas mas simples, lo que tenemos a la mano y no explotamos sanamente, el ceviche es un profundo ejemplo de lo que estoy hablando, por lo cual cuando tuvimos el chance de saborear uno no tuvimos ningún reparo de atacar a posibilidad con firmeza…claro, cuando llegó la cuenta de $25 por cada uno, la euforia inicial se fue al piso.
Alemania fue un mundial perfecto, la precisión y óptima organización del evento por momentos eran insultantes, todo era descomunal, sin olvidar que solo enseñando nuestra credencial de prensa podíamos viajar en primera clase de los trenes…gratis…eran las mejores largas horas de viaje que cualquier persona puede aspirar.
La población de tercera edad en Bad Kissingen era de primera, adoptaron a los ecuatorianos, los invitaban a sus casas, se fotografiaban juntos, creían que todos era jugadores de la selección y no había cosa mas simpática que hacerle entender a una señora de 85 años que uno no era futbolista.
Otras veces, este lugar, con un porcentaje de 70% de su población mayor a 70 años, tenia casas donde los dueños hacían helado casero y lo regalaban a los ecuatorianos.
Alemania 2006 será un mundial inolvidable para quien pudo vivirlo, por la actuación de Ecuador, por la organización y porque incluso algunos hicieron dinero a costa de los ingleses.
Cuando Ecuador aseguro un puesto en la segunda fase, la federación abrió la venta de entradas solo para ecuatorianos, un limite de dos por persona y aun precio de $90 por boleto.
Mas de un compatriota compro las dos entradas y se dirigió a la esquina del Hotel Meridian de Sttutgart para venderla a cinco veces el precio original, algunos hicieron dinero suficiente para solventar el resto de sus días en Alemania…hubo ingleses que pagaron hasta $600 por cada entrada.
Tener a Ecuador en este mundial , con lo que logro fue descomunal, sin embrago no pudimos transmitir los partidos…no teníamos derechos…había que seguir esperando.
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