Cargado de relax, abarrotado de comida, encantado por el lugar, necesitado de crear…así pasaban las horas de Charly Garcia en Quito, su locación era el Restaurant «El Sur».
De pronto, de la nada…visos del pasado, Charly reacciono y soltó su temida personalidad; «Traiganme un piano, quiero tocar aquí, tengo que tocar acá»
El piano llego y Charly golpeo las teclas sin compasión.
Ese amor único que se destila por la música y la necesidad de abrazarla es imprevisible, inesperada, esta ahí…como sera con Charly!!!
Cuando es tan usual escuchar sobre pretensiones ridículas, arrogantes y ante todo estúpidas de muchos de estos artistas, Charly pide solo un piano…y bueno también jugar fútbol.
Pero como?
Charly juega?
Resulta que ahora le gusta hacer de director técnico y divertirse dando ordenes a los integrantes de su banda.
Así, bajo esta nueva aficion llegara a Guayaquil, con la firme intención de jugar fútbol y de comer mariscos en el puerto…Donde??
Les cuento luego!!
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