Si sufre de homofobia no se le ocurra ver este film.
Si quiere ver una película que ganara algunas estatuillas, no espere mas, corra, consigala y veala.
El trabajo de Sean Penn personificando al activista y político Harvey Milk es descomunalmente soberbio.
A esta labor de Penn apunto todo mi favoritismo para subir al estrado como ganador al Oscar de mejor actor.
Milk fue un activista gay que lucho por los derechos de esta comunidad, primero en San Francisco y luego en todo EEUU.
Su activísimo lo llevo a luchar por un puesto en la oficina de la alcadia de San Francisco como consejero(Official o Supervisor)
Llego a ser elegido al concejo de San Francisco luego de tres intentos, el primer servidor publico abiertamente gay de ese país.
La dirección de Gus Van Sant y los trabajos secundarios de Diego Luna y Emile Hirsch son magistrales.
Los modales, accionar y conducta gay que personifica Penn son perfectos, todos sin salirse de la personalidad intelectual, política y luchadora de Milk.
La variedad y retos en los cambios de conducta son manejados de manera excepcional por el actor.
La dirección de Van Sant es sincera y nada exagerada en la búsqueda de bacanales gays o sobreactuacion homosexual.
Si la academia logra diferenciar entre gustos sexuales y calidad de trabajo cinematográfico, no tengo duda que Milk dará mucho de que hablar y Penn debería ganar el Oscar.
Este trabajo es tan bueno como el que le otorgo el Oscar por Mystic River y a mi juicio mejor que el de Dead Man Walking.
Lo sentencio: Acabo de ver una actuación para ganar Oscar.
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