LA HISTORIA DEL AÑO.
FOTO. eldiario.ec |
La puerta emitía un sonido opaco, del otro lado la golpeaba un puño con carga casi nula de paciencia, la buena fe del casero había expirado, la renta acumulada del tercer mes debía ser cancelada.
Tres días e historias separadas que llevan pegadas en su titulo un denominador común: jugadores del Deportivo Quito, todos con serios problemas económicos y una aguda crisis financiera que golpea sin compasión al club para el que representan.
Ante todo este panorama de “chirez” sería incomprensible que un dirigente pueda exigir algo a sus jugadores, que demande estabilidad o rendimiento futbolístico… no es necesario, el Deportivo Quito lo hace como campeón, con ritmo, figuras y un juego que convence.
Cada fecha que actúa se especula que la situación de vacío en sus cuentas bancarias (de dinero proveniente del club) afectará al rendimiento, que será comprensible el descenso en su juego, que serán goleados… nada, cada vez lo hacen mejor, convencen más, pero igual siguen limpios.
Lo vivido por estos jugadores es difícil de explicar, quienes han pisado esas dimensiones saben lo duro que es mantener la actitud y peor aún seguir siendo ganador, por eso esta es una situación que merece el respeto y aplauso de todos los observadores.
Tal vez a esta hora la señora María ya haya desistido de seguir fiándole a ese joven futbolista, quién sabe si tal vez a esta hora ya se pudo juntar algún dinero para ellos.
Ante toda esta realidad, los jugadores y su barra solicitaron no hablar más del tema económico, que se enfoquen en su lado futbolístico… me perdonan, no pude aguantarme.
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