La verdad ya me estoy abombando en grados superlativos. La carga de maquinaria de entretenimiento dirigida a los detalles de esta década ya rayan en lo incómodo y con ritmo seguro al terrible «Paredón del Berreo».
Comprendo a quienes tuvieron su primera borrachera, enamorada, fiesta encorbatada, robada del carro de papa, durante esa década. Todos ellos pertenecen hoy a un grupo serio de consumistas, dispuestos a soltar billetes por una diversión que los transporte nuevamente a esa época. Pero la repetición y poca creatividad en muchas de estas actividades son patéticas.
Comprendo que en 1998 tener una buena colección de música de esos años era respetado, al reproducirla la reacción era inmediata, los tragos zumbaban y la frase más repetida de los presentes era: Cómo hacemos para que me hagas unas copias de esa música?
Con el paso del tiempo y la evolución de la tecnología, esta música estuvo más expuesta y disponible para todos.
Aquel disco «Baúl de Recuerdos», que logro que más de un amigo se peleé con otro porque se demoró en devolverlo, pasó a ser uno de los discos más pirateados y reeditados del año 2001.
La posibilidad de bajarse estas canciones, el acceso a Internet y las comunidades virtuales de música, lograron que oír a Massiel, Mari Trini, Quiet Riot o A-ha, Madness, Go-Gos, se volviera mas un martirio, ya no había mas esa satisfacción que sentías al oírla después de haberte separado de ellas por algunos años. Ahora no había como sacártelas de encima, te seguían por todos lados.
Será que en los 90s hubo también una obsesión por los 70s o en los 80s por los 60s?.
No tengo dudas que hubo festivales recordatorios y reencuentros emotivos, pero por esos años había una gran desventaja…No existía el internet. No todos tenían la salvaje facilidad de hoy para «surfear » la red buscando esas melodías y acto seguido(una vez encontradas) repetirlas y reventarlas hasta que la misma digitalización de la canción parezca gastarse como llanta de una vieja bicicleta Chopper…Chopper!!!!, ya que estamos merodeando esos años, permítanme traerla a colación.
Todo es producto de la mala y cómoda costumbre de algunos dueños de bares de golpear estas canciones una y otra vez contra la noche, la poca exigencia del oyente que se conforma con gritar cuando la escuchan y dejar que el alcohol que navega sus venas le haga creer que está viajando por el tiempo gracias a esta música.
El propietario quiere vender, y si repetirlas, más trago y un ambiente semi-decente, le da esos frutos, Cuál es el problema?
Para ellos ninguno, yo ya me harte, prefiero ser más demandante y buscar lo que de verdad amerite de cualquier época o género musical. Sea 80s o 70s o 90s, 2000s o 30s, dosificar responsablemente la frecuencia con que golpee la melodía.
Criterio, y un poco de clase, mas no una cultura de un barato reciclaje musical.
PD: Escribir esto es un serio síntoma de que estoy haciendo viejo…y ojala no amargado…aunque parezca