PUBLICADO ORIGINALMENTE EN 2016
Éramos y somos una comunidad que vive bajo una descomunal influencia gringa, de ahí se originó mi primera extra atención cuando aterricé en el viejo aeropuerto de La Habana*, todas las indicaciones y letreros estaban en idioma español y ruso, tenía 15 años (cumplí 16 años en la isla), una mente y razonamiento todavía moldeable, inicié un inocente recorrido por el socialismo que vivía la isla a mediados de los 80s.
Encontré un mundo desigual y distinto al que yo había tenido en los primeros tres lustros de mi vida, pero no tan exagerado, ni altamente contrastoso con lo que había visto en ciertos sectores de mi sociedad local, pobreza ecuatoriana o desigualdad latinoamericana, pero aclaro una vez más, eran los 80s y había una notable colaboración soviética, la cual era visible en la marca de los automóviles que circulaban la isla, la procedencia de los electrodomésticos, programación televisiva y turistas.
Había situaciones que variaban totalmente del entorno en el que me había desarrollado, la oferta social, de diversión en las ciudad casi no existía, las perchas en las tiendas(las pocas que había) estaban seriamente desprovistas, muy alejado de lo que acostumbrabas ver en tu supermercado local, acá eran escasos, limitados, el mundo comercial parte de nuestro entorno capitalista no tenía vida acá, no existía.
Notorio era también la cantidad de historias que se promocionaban desde países capitalistas sobre los supuestos capítulos de vida diaria en la Cuba de Castro, no me refiero a represiones o libertades, sino a lo que viví en muchos lugares y lo que nos habían dicho que veríamos. La propaganda con la que me sazonaron en mis días de crecimiento había sido salvaje y tenía la única intención de no arriesgar crear un ente que piense diferente al sistema capitalista que dominaba al mundo. A mi la verdad me daba y da igual, que cada uno viva como quiera, pero en esos años, la década del 80, con una Cuba con más ingresos y recursos, igual hubiera preferido Ecuador y por mucho. Si bien la isla ganaba de largo en oferta educacional, desarrollo científico, atención médica, logros deportivos y cero delincuencia…los otros aspectos de mi país, no lo niego, me seducían más, ¿eran aspectos capitalistas?…si, por supuesto…peor aun cuando todavía no comprendía o entraba en contacto con lo que te podía pasar por decir lo que pensabas, era inadmisible a mi corta edad, siquiera pensar que esa libertad era limitada o inexistente.
Crecí escuchando en cada reunión, (de adultos mayormente) todo tipo de criterios sobre la isla, razonamientos políticos y censuras intensas, imaginé que muchos de esos señores habían vivido de primer mano la diferencia del modelo cubano, algunos si, otros solo hablaban en base a lo que habían escuchado, lo que les habían contado, lo que era obligación repetir como enemigo obligado del comunismo. Debo aclarar, vengo de una cepa con ideologías mezcladas, yo si tuve tíos y un padre que defendían en diferentes medidas muchos conceptos socialistas…y si, eran señalados como los raros…por pensar algo distinto, existía (y existe aún) una criminalización de pensamiento en la sociedad local.
Escribí esto, ante la muerte de Fidel Castro, a quien consideré una figura influyente o notoria en la política mundial de este siglo y el pasado, no necesariamente positiva, alguien que supo hacerse notar. En ese momento leí y escuché a muchos celebrar, insultar y hablar de la isla como si hubieran vivido ahí. No se que les de tanta autoridad sobre el tema y seguro estoy que lo más cercano que han tenido a Cuba es tener una camiseta del Tibiri Tabara, ver Tres Patines o fumarse un Cohiba, pero recuerdo toda la propaganda con la que yo crecí y entiendo el despotricar natural de muchos que por instinto natural democrático sueltan el fuego contra lo que nunca vieron o vivieron…pero igual están en todo su derecho a hacerlo…tanto como yo de escribir esto.
Conozco personas que estuvieron presos en cárceles tipo mazmorras del castillo de If, encarcelados por aspectos mínimos y absurdos, familias que fueron separadas, gente que vive en condiciones que no se merecen con un país que ofrece todo de primera al extranjero y no lo mismo al residente, se vivía en estado de alerta, a ellos les entiendo el odio y celebración, pero me resulta raro verlo en otros que nunca pasaron ni cerca del atlántico. Cuba siempre ha ofrecido esa posibilidad de ser un blanco de tiro para disparar todo tipo de comparaciones y malas practicas.
En Cuba también hay (o había) quienes sienten orgullo de Fidel y su revolución, existe una generación que creció con la influencia constante en su diario vivir, que lo escuchaban una y otra vez y sentían que esa era la ruta a seguir, lo creían o no había otra opción en el norte….¿resignados?…no…dominados, yo diria que si.
Con el tiempo seguí retornando a Cuba, esta vez ya no por periodos largos, las razones de mis viajes fueron otras, iba y permanecía una semana a lo mucho. La isla se deterioraba más, era tan notorio el símil de Cuba con el de un viejo cansado de luchar y que ya no quiere más y busca y merece un cambio radical y extremo. Su gente es única(los de la isla, los de Miami varían), alegre y especial, noble, pero un espíritu que lucía cada vez más fatigado. Puedo jactarme de tener muchos buenos amigos en la isla, gente de bien y con cargas supremas de calidad humana.
Pasaron los años y me di cuenta que fui parte de ideologías que se cotizaban mejor antes, eso que a veces es parte de tu formación, el sentirse rebelde en algún momento de tu vida y con esa postura el admirar a Cuba por su revolución era obligatorio, tuve fugaces accesos a la militancia y mantengo mi derecho a tener profundas razones específicas para admirar la isla; por su gente, su lucha, su simpatía, sus logros deportivos y espíritu recursivo; pero no se debe, ni se puede ser rehén de ideas rancias.
Es que tanto de lo que flota en el aire en Cuba te puede cautivar, pero al final asumes una vez más lo que decía Antoine de Saint-Exupery en el «Principito», «Lo esencial, es invisible a los ojos»…eso pasa con Cuba, te cautiva y te revela muchos aspectos de la conducta humana…y yo, yo si lo experimenté, ya que yo si viví en Cuba.
*Viví casi un año en Cuba por intercambios deportivos de Gobiernos, jugué béisbol en La Habana…lo que logré y viví años después con el béisbol por esa estadía lo contaré en futuros posts.