Joseph Poshoko negocio un precio con estos latinos que querían salir de Johannesburego y llegar hasta la reserva Rino-Lion, salir de esta ocupada nación sudafricana toma 30 minutos, una vez en la autopista, 45 minutos mas para llegar a este pedazo de tierra salvaje.
Como todo taxista del mundo, el tema que lideraba el cajón interno del coche era la política, había espasmos deportivos, pero Joseph quería demostrar sus habilidades como orador político.
En un ingles golpeado y enfermo, muy parecido al que hablaban los amigos de Tarzan cuando conversaban con los «wanas», nos expuso teorías económicas, sociales y políticas para sacar adelante a Sudafrica.
Claro, antes, con firme determinación y conocimiento del negocio, ya había asegurado sus $130, valor del transporte que brindaría a estos ecuatorianos en esa calurosa tarde africana.
Nuestra intención no era dedicar el día a los animales de la estepa africana, queríamos ir a la cueva «Wonder», un par de fotos de esta formación natural habían sido suficientes para dominar nuestra decisión del día.
Las cuevas están dentro de las premisas de la reserva nacional Rino-Lion, una vez ahí, conocimos a Leipika, nuestro guia en el descenso.
Dentro de la cueva, lo primero que golpea nuestra visión es la magnitud de este hueco, la capacidad del a naturaleza para de manera natural diseñar esta estructura rocosa, poblada de manera abundante por estalagmitas y estalactitas.
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