POR ANDRES MARTINEZ FASSIO
Según el Nobel José Saramago “el trabajo de convencer es una falta de respeto, un intento de colonización del otro”. Discutir sobre qué canción, artista o género es mejor me parece un ejercicio inútil, y además un claro ejemplo de esnobismo y pretensión. Sin embargo, hay una constante en el vasto universo musical que nos une: las emociones. Claro, las experimentamos de manera diferente, pero todos estamos expuestos a ser manipulados sentimentalmente por la música. Un verdadero “himno” que trascienda en el tiempo, debe ser honesto y mostrar de forma profunda una emoción en particular. Honestamente, más allá de la estética de la composición, ningún tema interioriza tanto un sentimiento como el que quiero a continuación compartir con ustedes.
En 1927 Blind Willie Johnson, un evangelista negro que tocaba música blues con raíces del góspel en las calles de Texas, grabó uno de los temas más importantes del siglo veinte, Dark Was the Night (Cold Was the Ground). Esta pieza musical que, dentro de su aparente sencillez (al oírla se puede apreciar solo un hombre gimiendo mientras toca su guitarra), contiene talvez la descarga emocional más poderosa jamás grabada. Entiendo que esto pueda parecer una hipérbole, una exageración proveniente de un fanático confeso del blues como yo, pero voy a respaldar el porqué de tal afirmación. Sugiero, a quien interese, escuchar el tema mientras continúan con los párrafos siguientes.
Dark Was The Night no necesita de palabras para contar una historia. Es más, ni siquiera está claro qué nos quiere contar Willie Johnson. Muchos historiadores teorizan sobre su origen afirmando que es el recuento de cuando perdió el sentido de la vista. Una noche en que su padre discutía violentamente con su madrastra por la aparente infidelidad de ella, su madrastra, talvez como mecanismo de defensa, le arrojó agua con lejía la cual salpicó en el rostro de Willie, dejándolo permanentemente ciego. Si tomamos en cuenta esta versión, no se necesita de mayor imaginación para “visualizar” la soledad y extrema vulnerabilidad que debe haber sentido ese niño de siete años aquella noche en que la penumbra se volvió eterna para él.
Otros historiadores afirman más bien que el tema fue basado en la crucifixión de Cristo, y el profundo dolor que para un devoto como Willie y millones de personas más, ese momento representa. El nombre del tema fue tomado de un himno tradicional del siglo 19, Gethsemane, que comienza con la línea “Dark was the night, cold was the ground on which my Lord was laid” por lo cual esta teoría también tiene mucho peso.
Pero indiferentemente de cual haya sido su origen, la verdadera relevancia está en el abismal sentimiento de angustia y suplicio emocional de su autor al momento de componer e interpretar el tema. Su voz áspera, poderosa, y el magistral acompañamiento en slide (*) han llevado a figuras de la música como Jack White, a decir que es el trabajo de este estilo de tocar la guitarra más importante de la historia. Ry Cooder va más allá y afirma que es la pieza musical más trascendental de la música norteamericana. Muy equivocados no pueden estar, después de todo, Dark Was The Night (Cold Was The Ground) fue una de las 27 piezas de música seleccionadas para ser incluidas en el Disco de Oro del Voyager 1, que fue lanzado al espacio en 1977 . Fue elegida para representar, ante posibles civilizaciones inteligentes alienígenas en el universo, el sentimiento humano de soledad.
(*) técnica que consiste en deslizar un cuello de botella o tubo a través de las cuerdas para generar un sonido melancólico.
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