REPOSTEO SOLICITADO
Pubicado en junio del 2013
NO ME GRABES EL CARRO
Las facilidades y cortesía de Antonio Valencia con un equipo de TV ecuatoriana que llegó hasta Manchester en 2009 fue colosal. Accedió a entrevistas, otorgó tiempo, facilitó la compra de camisas de los ‘Reds’, fue conductor personal de ese grupo por calles de la industrial ciudad…, fue un anfitrión con pasión, un embajador con sus compatriotas, solo solicitó algo, con tono de favor intenso, su única petición fue: “No me grabes el carro, no me saques el auto”.
Era un simple caso de privacidad, seguridad y conciencia, así se lo entendía y comprendía con velocidad, no existía razón para estudiar esa petición, había toneladas de coherencia en su pedido, la comprensión más esencial de cualquier humano se activa de manera inmediata con una de estas solicitudes… ¿o no?
La sinergia entre quienes llevamos los micrófonos y computadoras con los protagonistas de las noticias debe ser estable, sólida y cargada de respeto, por más que el entrevistado rompa las reglas, a toda costa y usando la más poderosa fuerza interna, hay que tratar de mantener nuestro lado del respeto.
Es de lo más que básico que un ser que ingresó a la esfera de “personaje público” persiga aspectos de su vida que no sean públicos, poder disfrutarlos en interno, de manera personal o con su familia. Sigo creyendo que la figura de “personaje público” la creó el periodista o fanático que bajo esa descripción buscaba bajar la guardia o manipular a quien no quiere dar entrevistas, tiempo o ceder a las peticiones o presiones de alguno de estos otros protagonistas.
El futbolista es personaje público cuando está en la cancha, en los entrenamientos o entrevistas, mas no cuando compra en la tienda, va al cine o come en un restaurante con su familia, así mismo, su conducta de gente y decencia debe estar encendida siempre por su condición más popular que los otros terrícolas. El activar su responsabilidad social lo hará más admirado y desde mi punto de vista más persona.
Pero también está el criterio del basquetbolista Charles Barkley, quien decía: “Yo estoy en la NBA para ganar partidos, no para caerle bien a la gente o dar ejemplos, no me elijas como tu modelo a seguir, no lo soy”
Los deportistas que lograron triunfar a base de contratos que pagan muy bien por su talento también van al baño, tienen dolores de cabeza, sus hijos sacan malas notas, les da sueño, son víctimas de la delincuencia, son tan normales como todos los demás, pero con mayores fondos en sus cuentas bancarias, producto del don que les dio la vida y se lo merecen.
Las sociedades y sus comportamientos hacen que los humanos se adapten a esas acciones, si es que un personaje de los que hablamos, pide que sus hijos, casa o carro no sean grabados, expuestos o simplemente no permite que se pase esa raya, es por esencial seguridad, van contra la delincuencia, la envidia y por su privacidad.
Se volverá inevitable que muchos sepan que este o el de acá es el carro de tal jugador, pero eso no le quita el derecho al jugador a pedir que no se lo graben y a su vez al periodista a ser “buen dato” y darle esa mano a quien lo pide, como también es importante que los jugadores como Ariel Nahuelpan sepan que no es apropiado dirigirse al periodista como “boludo” cuando solicitan que no le capten en video a su carro.
¿Está preparada esta sociedad para para conocer cuánto ganan los futbolistas, los periodistas?…No.
Todo pasa por seguridad básica y al mismo tiempo trato decente de lado y lado, mientras tanto…no me grabes el carro por favor.
Valencia lo pidió de una forma y Nahuelpan de otra.