Se acuerdan de aquella incomoda y desagradable imagen que exhibía como había terminado la nariz de la pobre Aisha(nombre protegido).
La joven afgana, fue maltratada por su esposo, al querer escapar, como castigo le cortaron la oreja y nariz.
Meses después, y con la ayuda de la fundación Grossman Burn, el rostro de la joven volvió a ser como era antes. Una cirugía estética y la ayuda de una prótesis, devolvieron la sonrisa a la chica que solo meses antes fue abandonada y creída muerta en las montañas de su país.
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