Opina sobre la negativa de Supercines de no exhibir en sus salas la pelicula ¨La Muerte de Jaime Roldos¨
Como algunos de ustedes ya sabrán a estas horas, la Cadena Supercines se ha negado a programar el documental «La muerte de Jaime Roldós», aduciendo su alto contenido político, como si las ficciones más chabacanas del cine light que suelen monopolizar sus carteleras no fueran eminentemente políticas, propagandísitcas de valores e ideologías.
Quienes argumentan que en su calidad de negocio privado Supercines está en su derecho de proceder como quiera, aún cuando sea un error, olvidan que con esta censura lo que la cadena con mayor presencia en el territorio del Ecuador está haciendo, en la práctica, es privar a un elevadísimo número de ciudananas y ciudadanos del acceso no sólo a un extraordinario y necesarísimo documento histórico que recupera nuestra memoria como nación, sino a una simple y llanamente gran película.
Como hijo de Jaime Roldós, pero también como artista teatral independiente, de esos que no nos podemos beneficiar de la Ley de Comunicación porque lo que hacemos es arte, y no reproducción del mismo negocio de la ignominia televisiva comercial, debo decir, con sinceridad, que estoy acostumbrado a recibir en este país el silencio, el ninguneo y la espalda, sobre todo a las cosas más esenciales de la convivencia humana. Pero no me resigno. Creo que en el terreno de las personas los cambios son posibles.
No apelo a la conciencia de Supercines, sino a la presión que podamos ejercer sus usuarios. Yo mismo acudo a sus salas casi todos los fines de semana, con mi hijo y mi compañera. No se trata de que el cliente tenga siempre la razón, se trata de que los usuarios y consumidores nos llenemos de razones. Y solicitemos, con todo respeto, que nos respeten, como seres capaces de deliberar por nosotros y nosotras mismas.
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