El calor de fin de año recibe un refuerzo solido de parte del fuego que generan los años viejos y la pólvora que detona en esa época. Las hogueras toman cuerpo, los olores y humo son fijos y el año de a poco se extingue.
Costumbre de familia y luego del barrio, mientras ardía el tradicional monigote, era el lanzamiento irreverente del manual de Carreño hacia el corazón de la candela, esa guía de urbanidad que pretendía darnos pauta de como comportarnos en todos los ámbitos sociales de nuestra vida…y que posiblemente (¿en serio?) algunos respetaron y siguieron en algún momento de sus vidas.

¿De verdad debemos seguir lineamientos específicos en nuestra conducta y proceder de cada día?

No al punto desproporcionado, retrogrado y ridículo que pretendía Carreño(por eso quemábamos su manual todos los años), pero seguros debemos estar que el entorno no da licencia para todo, la libertad no queda en desgracia, pero si comprometida con códigos y conductas que aplican a ciertos cargos, profesiones e imagen que alguien representa o transmite, hay mucho peso en especial en quienes adquirieron responsabilidades mucho mas allá de terceros.

Hace un par de días veía un documental de ESPN, en el mismo un beisbolista relataba su agitada vida fuera de las canchas durante la década del 80.
«Podía hacer lo que quería, nadie se enteraba, no había redes sociales ni youtube», decía…

Cuando escuche por primera vez el audio de Carlos Galvez pensé que el desenlace seria de lo peor, no habría comprensión, por mas que se explique una y otra vez que era un audio privado, entre solo unas cuantas personas, que no tenia seriedad…¡¡¡NO!!!…ya no se puede, ni de chacota, ni en privado hacer eso, se terminó esa prebenda para ciertas personas, por mas que diga que no lo sentía así (y le creo).

Imaginen a un doctor forense bromeando, por medio de fotos, enviadas solo a colegas, con partes y restos humanos.
Un abogado haciendo avioncitos de papel con los documentos oficiales de un caso de interés nacional.
Hoy no se perdona eso, tal vez nunca se lo perdonó, pero en esta era podemos leer el malestar y sentir de cada uno que considere o demande hacer sentir su voz.

¿La sensibilidad se agudizo ahora?, ¿hay mas fragilidad?, ….no, simplemente hay cosas que no son prudentes.

Quise esperar que pase algún tiempo desde el episodio, no quería escribir del tema para aprovechar la fogosidad del momento y buscar que muchos lean esto, solo pretendo seguir entendiendo a la comunicación y los múltiples poderes y desenlaces que esta tiene.
Le pregunté algunas cosas a Carlos, saber que lectura desde el punto de vista comunicacional dejo el «audio destructivo». Para Carlos no fue fácil, asumió su error y hubo consecuencias.

¿Qué aprendizaje te dejo todo este hecho?
A veces no puedo ser tan confiando, siempre hay personas que están dispuestas a joderte la vida y debes tener cuidado en tu proceder para no dar papaya así sea en un grupo de AMIGOS. Aprendí a desconfiar de todos.

¿Qué criterio tienes de la comunicación informal de hoy?
En esta era de tecnología no existe tal cosa como comunicación informal. Un comentario que no representa en lo absoluto un pensamiento o ideología es convertido por los hipócritas en un escándalo

¿Puedes decir lo que quieras en tus conversaciones privadas?
Bajo mi criterio ya no existen conversaciones privadas, puedes decir lo que te de la gana, pero debes tomar en cuenta que a estas alturas nada es privado, la tecnología evolucionó y de la mano, con ella la maldad del ser humano.

¿Reflexiones finales?

Somos vigilados las 24 horas, tal vez ya el manual de Carreño no sirva para un carajo, pero mala idea no es diseñar uno nuevo, un manual de como actuar y que decir en este siglo, una etiqueta de comunicación…¿es necesario?…