La costumbre local de escapar de los controles de velocidad, o mas claro nunca respetarlos, parece llega a su fin.
Las medidas que empiezan a tomarse no pueden considerarse radicales, simplemente se inicia una seria forma de obligar se respete la ley.
La severidad, tecnología y valor de las multas si representan un debut para la idiosincrasia del ecuatoriano.
Ecuatoriano acostumbrado al desorden, poco control e indisciplina; ese mismo individuo que cuando puede reclamar ante una cámara de TV por un accidente de transito, lo primero que pide es mas control en la velocidad de los vehículos.
O el ecuatoriano que tiene la posibilidad de viajar a una nación de primer mundo y es un ejemplo de respeto de leyes y controles de velocidad en otros países, pero cuando regresa al propio, activa la hormona de relajo local.
La paranoia a ser interceptado por la delincuencia se incrementara, el tiempo que muchos hacían a sus destinos cambiara.
Pregunte por Twitter el criterio sobre la nueva ley y sus sanciones, es evidente que sigue existiendo una desconfianza desmedida hacia quienes tienen que hacer respetar la ley.
Luego de un serio análisis y ayuda colectiva de quienes comparten conmigo mi espacio físico de las mañanas, elegimos estas reacciones, las mismas que tienen que ver con las multas a quienes excedan el limite en carreteras y sobre el uso de cuadrones.
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