Excesiva expectativa, muchas miradas enfiladas hacia le mismo lugar, riesgos supremos, un escenario que podría ser letal para el futuro de cualquier futbolista; busco y busco respuestas y no tengo plena seguridad de la razón por la cual el fútbol feo, impreciso, atropellado y poco agradable se apodero ultimamente de los clásicos del astillero.
La infección del fútbol aburrido y con pocas emociones ha sido estelar en los últimos enfrentamientos entre estos equipos que visten de amarillo y azul.
Como ultimo caso puedo citar el partido de este domingo. Tuvo espasmos de nervios y jugadas esporádicas que lograron levantar a gente de sus asientos, nada mas, el resto, ya es parte de esta infección que no logra encontrar cura y mejor fútbol en partidos Emelec-Barcelona.
El maleficio ha sido duradero, nada acorde a la antesala de comentarios y ambiente llamativo que bestialmente puede lograr generar este partido en la semana previa a realizarse.
Hay que buscar una cura a este germen que ataca sin tregua a la personalidad de este partido, seria bueno empezar por preguntar al responsable de los buenos partidos que gestan Liga-Q y El Nacional. Ese partido tiene una personalidad mucho mas decente, grata y cariñosa con la vista humana.
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