El Dr Guerra hablaba con un acento que tenia sus orígenes en la fría Riobamba, aplicando este tono me comunicó que los examenes de mi papá habían descrifrado una relación con linfomas.
Había que determinar exactamente cual era el problema que teníamos que atacar.
Pasaron un par de semanas y luego de diversas citas, pruebas super analizadas, intervenciones, segundas, terceras y cuartas opiniones; supimos a quien teníamos enfrente, lo sospechabamos desde el inicio, pero sacamos con fuerza aquel argumento que te lleva a negar la realidad o aspirar que hubo errores en las evaluaciones medicas…no fue así, células cancerigenas se habían mudado al organismo de mi papa.
No había espacio para seguir soñando con la fantasía de que todo era una equivocación. Había que atacar, encarar a quien nadie quiere nombrar, si, había que hacerle guerra al cancer.
Reconozco que los primeros contactos con esta realidad golpearon a mi padre, no llevaba consigo el acostumbrado sentido del humor o visión social extrema que tiene de la vida. Caminaba lento, no emitía muchos sonidos, la preocupación e incertidumbre le estaban ganando terreno.
El proceso de asimilación puede ser variado, nunca se sabra el desenlace, solo aspirábamos a que nos devolviera al mismo papá.
Ante este suceso se debía implementar al máximo el aspecto de la actitud, saber que la parte mental es tan o mas importante que las sesiones de quimioterapia a las que seria expuesto mi progenitor.
Han pasado ya cerca de 2 meses desde que iniciamos la embestida contra la enfermedad, la solidaridad de equipo ha sido monumental, digna de ganarse el respeto de cualquiera.
Hermanos, hermanas, tíos, tías, amigos, esposa, sobrinos, nueras, primos; todo un conglomerado de afecto que formo un linea de defensa que dificilmente pueda ser superada.
Los seres humanos podemos ser infinita y estúpidamente impredecibles en nuestros actos, pero ese mismo margen de conducta errónea, tiene también una enorme dotación de gestos sinceros, buenos, bondadosos y que solo te pueden inspirar una fe colosal de lo que es capaz nuestra raza humana.
Y mi papa?
Pues una vez mas dandonos lecciones en todo lo que le toque desafiar.
Durante su ultima sesión de quimio, por momentos nos hacia pensar que estaba en un spa. Parecía disfrutar del tratamiento, reía, gozaba con sus hijos, conversaba de todo tipo de temas, hablaba por celular, enviaba tweets, comentaba detalles del día con sus compañeros de cuarto, opinaba de política con las enfermeras, dormía y orinaba, como orinaba!!!!
El poder de decidir como sentirse lo tiene solamente uno. Puedo decidir estar triste o puedo optar por confrontar todo con la mejor disposición, darle una cara agradable a lo que muchos consideren trágico. Actitud, entusiasmo, coraje, pero ante todo grandeza.
Ese mismo hombre que durante años trabajó en la aduana y no tuvo carro propio, que siempre me decía: «Si quieres te compro carro, todos los equipos electrónicos que quieras, el viaje que tu me digas, pero al día siguiente tendrás que ver en el periódico que tu papa ha sido acusado de robo, por ustedes( mis hijos) lo haría, pero a cambio de ser denunciado…lo quieren todavía?»
La pelea es en equipo y la estamos afrontando con mucha calidad, pero por sobre todo, con un padre que nos sigue dando muestras de luchador ejemplar.
Va por ti viejo!!!!
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