Septiembre del 2012, sonó el timbre del teléfono:
Su voz sonaba agitada cuando comunicó que vendría a Ecuador con un equipo de EE.UU. a jugar un torneo en la Liga Miraflores de Guayaquil en octubre de ese año
Su interés y constante deseo de saber qué pasa en Ecuador no se apagó jamás.
Mike Spiers llegó por primera vez al Ecuador en 1999, era el coach de un equipo de béisbol de EE.UU. que jugaba un panamericano en Guayaquil. Durante esos días la organización del evento dispuso de un guía local para que oriente y ayude en cualquier necesidad o gestión local a la delegación gringa. Finalizado el evento, el guía solicitó ayuda al entrenador: era beisbolista y quería ver la posibilidad de jugar en EE.UU. Spiers no lo dudó. A las pocas semanas, Juan Antonio Mendoza entrenaba en California.
El trabajo fue próspero y Mendoza terminó jugando con una universidad de Florida, pasó después a Georgia y luego jugó béisbol profesional en EE.UU. e Italia.
Spiers ayudó a iniciar el camino del ecuatoriano y al mismo tiempo sin darse cuenta iniciaba un nexo con Ecuador del cual nunca ha podido tramitar los papeles de separación total.
Los próximos años fueron agitados en la relación de este coach y el país sudamericano de nombre Ecuador. Spiers albergó en su casa a ocho diferentes jugadores de Ecuador que buscaban abrirse camino en el béisbol de EE.UU., realizó trámites para conseguir implementos y enviarlos a quienes no tenían ni una pelota en canchas locales, obtuvo donaciones, se dedicó a gestionar becas, conseguir pasantías a entrenadores en campos de béisbol de grandes ligas, recomendar ecuatorianos para que trabajen como scouts para equipos de EE.UU., hospedó a todo un equipo en su hogar y siempre preguntaba qué más podía hacer.
Se convirtió en el entrenador del equipo nacional sin cobrar un solo centavo, clasificó a Ecuador por primera vez a unos juegos panamericanos de mayores, logró que cinco beisbolistas locales jueguen profesional en EE.UU. o en equipos afiliados a la MLB, otros tantos mas recibieron becas en universidades de EE.UU., visitaba el país con tanta frecuencia que su relación con el ceviche era ya poderosa.
«Tenía una visión especial con nuestros jugadores, confiaba plenamente en ellos, siempre decía que acá no habíamos recibido las oportunidades que merecíamos» cuenta Carlos Mancheno, un pitcher que con tan solo 1.69 de altura fue uno de los que recibió la ayuda de Spiers para ir a jugar y estudiar en la universidad de NEO en Oklahoma.
Su forma de trabajar ganó algunos detractores, largas sesiones de entrenamiento que no eran comprendidas por jugadores o padres, métodos disciplinarios que nunca habían sido implementados en las canchas de Guayaquil, tal vez sus orígenes japoneses (su madre era oriunda de la tierra del sol naciente) hacían que por momentos los jugadores terminen casi vomitando en las prácticas con Spiers.
Pero más era el énfasis en el respeto al juego, a comprender la importancia de creer en uno mismo, a ser puntual y ordenado en todo, a fundar en la conciencia de cada uno que el potencial y actitud mezclados crean una fórmula capaz de obtener cualquier objetivo.
Spiers no bajó la intensidad de su ayuda y tiempo con Ecuador, mientras trabajaba en California en su academia ABD o para alguna organización de béisbol de grandes ligas, hablaba con beisbolistas de su país para que vengan a reforzar equipos en torneos locales, por las canchas ecuatorianas pasaron Tommy Hanson (+) y Stephen Wright, ambos jugaron en las grandes ligas, diseñó una red de búsqueda de beisbolistas con raíces ecuatorianas y encontró a cerca de seis jugadores que están en las divisiones menores de equipos de ligas mayores, uno de esos, Jorge Araiza, quien formó parte de una selección nacional, la misma que logró coronarse vice campeona sudamericana.
RUPTURA
Luego de una clasificación histórica a un panamericano en Cuba, certamen(el clasificatorio) en que se venció en dos oportunidades a Colombia (selección que no acudió al último Sudamericano de Guayaquil) Spiers inició la planificación para acudir a este torneo con Ecuador, era el hecho más importante en consecución en la historia del béisbol de este país: clasificar al torneo continental a punta de triunfos y en una clasificatoria que contaba con todos los países del continente sudamericano. Si bien Ecuador ha ganado dos sudamericanos de béisbol, cuando los logró, no participaron ni Venezuela, ni Colombia, países que han ganado mundiales de este deporte y potencias globales de esta disciplina, sobre todo Venezuela.
Descuidando completamente sus compromisos personales en EE.UU., Spiers regresó a Guayaquil para iniciar la planificación de la selección de béisbol de Ecuador. Era el año 2006.
Su primer paso fue inesperado, quiso enviar un mensaje de que nadie tenía el puesto asegurado en el equipo nacional, por lo cual convocó a una prueba abierta para la selección de béisbol, cualquier jugador del país podía probarse y si demostraba las condiciones y actitud necesaria, ser parte de la selección…esta jugada no agradó a la Federación de Béisbol de Ecuador.
«Sabía que era casi improbable que descubra a un nuevo jugador, pero quería que los jugadores que acababan de clasificar al panamericano, sepan que debían valorar aún más su puesto y condición, fue un mensaje para afianzar su compromiso con el equipo, nada más», señaló Spiers por aquellos días, cuando visitó Guayaquil para reunirse con el ministro de deportes.
La estrategia del coach californiano trajo una cola inesperada y reacciones casi inmediatas que hasta generaron un ataque cardíaco.
La relación del estratega y la dirigencia local inició un transitar por un camino nada simple.
El detonante se dio una noche cuando se le entregó una lista de la selección ya formada, no elegida por él sino por los dirigentes, tal fue el coraje de Spiers, que terminó en la sala de cuidados intensivos de la clínica Kennedy con un pre-infarto…solo a metros de él, un contrato que exigía que para seguir adelante del equipo nacional no presente problemas cardíacos…la relación estaba liquidada.
A los pocos días de su exclusión con el equipo ecuatoriano, una selección de béisbol de Cuba anuncia una visita al Ecuador, discrepancias dirigenciales no permitieron que la selección nacional enfrente a los campeones del mundo, se permitió que algunos jueguen como Guayas, no todos.
El combinado provincial no tenía técnico, algunas llamadas y gestiones precipitadas de Xavier Moreira (quien había jugado para Spiers y para ese entonces era presidente del comité provincial de béisbol) pusieron a Spiers otra vez en Guayaquil, el técnico americano, en cuestión de días preparó a un equipo y logró lo impensable…ganarle un partido a Cuba.
Algo así como que Haití le gane en fútbol a España o Costa Rica en Básquet a EE.UU., un hito profundamente histórico, pero que pasó casi desapercibido en Guayaquil…no así para productores de cine en California.
Al ser una historia que involucraba a un coach estadounidense ayudando a un país de tercer mundo venciendo a Cuba, potencia mundial y rival político de EE.UU., era difícil que un productor audiovisual no vea algo en el hecho. Aquí había «heroísmo» y algo que explotar.
Los interesados en llevar esta historia al cine trabajaron en un guión y enviaron un equipo de avanzada a Guayaquil para relacionarse con el entorno donde se desarrolló la historia que tal vez solo 3 de cada 10000 ecuatorianos conozcan.
¿Qué fuerza poderosa aferraba tan firmemente a este californiano con Ecuador y un deporte que no es popular nacionalmente?
Pese a que el tiempo siguió avanzando, rara fue la vez que pasaron más de cuatro meses sin que Spiers llamara con alguna buena noticia; una posibilidad de beca en universidad, un contrato para jugar en liga independiente, una dotación de pelotas de béisbol; siempre había algo.
OBSESION PRESENTE
No había relación alguna con la federación local de este deporte, el mismo presidente que solicitó la entrega de la medalla más importante que entrega el COE para Spiers, ahora ni siquiera le dirigía la palabra.
Diferencias entre la gestión administrativa de Ernesto Pólit, presidente de la Federación Ecuatoriana de Béisbol, y lo que el dirigente llamaba informalidad del instructor, habían resquebrajado cualquier relación que antes existiera.
Los únicos contactos que sobrevivían eran los que mantenía con jugadores que había dirigido en el país que siempre aspiró lo adopte, Spiers gastaba una considerable cantidad de dinero en cuentas de teléfono para mantenerse al tanto de lo que pasaba en el béisbol de Ecuador.
El tiempo siguió pasando, la lejanía y rechazo de las autoridades de este deporte le impedían tener más alcance a este señor que de manera inexplicable se había obsesionado con el béisbol de Ecuador y el potencial que sigue exponiendo tienen los jugadores de esta región.
Hasta que llegó la oportunidad para volver al país.
A raíz de la realización de un campeonato infantil en Guayaquil, Spiers gestionó (una vez más) la presencia de un equipo de EE.UU. en la ciudad, volvió al país y casi desde la pista del aeropuerto inició la solicitud de una serie de reuniones y propuestas.
Consigo trajo un proyecto para que equipos de EE.UU. vengan al país por lo menos tres veces por año, sin costo alguno ofreció la presencia de un experto en diseñar estadios de béisbol, habló de la posibilidad de usar Ecuador como base para desarrollo de jugadores de la región y volvió a poner su tiempo a disposición del país.
Se reunió con el ministro de deportes y brindó todas sus ideas en beneficio de la comunidad pelotera local…
¿Qué pasó desde ese último ofrecimiento?
Spiers es parte ahora de una organización de grandes ligas. Solo esperó(por esos años) de que haya un presidente de federación reconocido y no en la situación que se vivía…la federación fue intervenida.
La federación de béisbol tuvo algunos meses en incertidumbre, intervenida y a la espera de elecciones.
«Solo cuando sepa con quién hacer los convenios oficiales, podré volver a Ecuador, es diferente si era solo yo quien otorga la ayuda, ahora con un equipo de grandes liga es más formal y necesitamos hacerlo por esa vía, directamente con la federación» , explicó en esos días, Spiers, usando un español bastante mejorado.
Pregúntenle a cualquier jugador de béisbol local, los que fueron parte de su ayuda, podrían estar dispuestos a defenderlo a como dé lugar, el resto seguirán preguntándose sobre esta obsesión y confianza que tiene Mike Spiers con este deporte en Ecuador.
Recuerdo que mi telefono empezo a vibrar insistentemente, me disponía a bailar el vals de graduacion de colegio con mi hija mayor, una vez consumado el acto y con toda la euforia de emoción salpicando por todos lados, volví a mi puesto y revise la llamada perdida…
«Se murió Mike pana»…asi se leía el mensaje de Juan A. Mendoza…
Mike Spiers murió el 11 de enero del 2013, complicaciones con un aneurisma cardíaco lo retiraron de la vida a los 51 años, solo tres meses antes había estado en Ecuador y estaba ansioso de conocer quien asumirīa funciones en federación ecuatoriana de béisbol para ejecutar su plan de ayuda…nunca se dio.
Mike es una leyenda, mito en Ecuador, de esos héroes anónimos que el tiempo quiere borrar y sus jugadores se niegan a permitir que el olvido sea más fuerte que su legado, de las historias que merecen conocerse, de las acciones que deben ejecutarse…asi lo hubiese querido Mike.