Charly termino con su agenda en Guayaquil antes de concierto de esta noche.
«Barbaro, barbaro los muchachos», así describió Charly Garcia el juego de su equipo de músicos, convertido en equipo de fútbol, para un compromiso deportivo en las canchas de la academia Alfaro Moreno.
Luego descanso y se preparo para la prueba de sonido el miércoles a la noche.
Cuchara con la que comió postre y colilla de cigarrillo de Charly.
Casi 2 horas de pruebas, de someter a examenes a los equipos y maquinas que sonaran en la noche de Guayaquil.
Terminada esa sesión de calibración oficial, el pelotón de Charly se dirigió a Villa Delizia, en Urdesa.
Ahí permanecieron por cerca de dos horas; gozaron, comieron, muy poco vino y aplaudieron al chef del acogedor restaurante guayaquileño.
Charly no se movía mucho, callado, observador y algo sedado. Difícil descifrar su visión, injusto interpretar su realidad.
A los 97 minutos de haber llegado y cuando el postre había conquistado sus mesas, los vecinos se volvieron algo escandalosos, inquietos, ansiosos por tenerlo cerca.
Esos vecinos del piso del restuarant lo ahuyentaron antes de tiempo.
Fabian «Zorro» Von Quinteiro, actual tecladista de Charly, ex de Soda Stereo y guru de la cocina.
Con el se podía hablar de todo, ameno, discreto y múltiple en la actualidad.
La actualidad de las conversaciones de todos tenían a Liga de Quito como protagonista: «Que equipo», decían con marcado acento argentino.
Así, navegando por una suprema calmada noche guayaquileña, Charly Garcia y su pandilla seguían recorriendo Guayaquil, todo antes del recital de la noche de jueves.
Descarguen