Un viejo cassette, cubierto de polvo me transportaba a eras en las cuales todo era mas sincero, sin malicia, cero interés, ni mala intención de por medio.

Las imagenes de esta cinta me ubicaban en años en los cuales se recibía a los deportistas en la pista del aeropuerto, se abrían los camerinos después de los partidos y hasta se salia a comer o tomar un café con quien solo horas antes había estado ante tu micrófono, grabadora o pluma.
Aun recuerdo a Alfonso Harb obteniendo reacciones de futbolistas dentro del mismo tumulto de celebración de un gol, en la cancha, mezclado con ellos.

Hoy todo eso es imposible. Comprensible al máximo, aspectos técnicos, de seguridad y arrogancia nos hacen cumplir otro tipo de reglamentos…y esta bien!!!…pero igual existe una especie de masaje al alma cuando se recuerda ese reinado de paz que existía en esa etapa del crecimiento periodístico y administración de medios.