Preguntamos: ¿cómo lo cerraría el periodista…?
¿Con candado…?
¿Alambrando el área…?
¿Con la orden de un juez…?
Los partidos duran hasta que terminan. Y hasta ese momento, hay que seguir jugando, corriendo, pensando, dejando todo sobre el campo. No se puede bajar una persiana y decirle al contrario “Ya cerré”. No es un bar, es un juego entre 22 con una dinámica fantástica y una bola que tintinea sin cesar. No hay forma de gobernar los actos del adversario: este va a seguir persistiendo en busca del empate o del triunfo.
La frase se ha transformado en un clisé y se escucha a cada rato. No importa si tiene sentido, suena bien. Da la impresión de que, quien la dice, sabe.
JORGE BARRAZA.
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